La comunicación humana es un proceso fundamental en nuestra sociedad. Su objetivo principal es transmitir mensajes entre individuos, lo que nos distingue de otras especies es la sofisticación de nuestro sistema de comunicación basado en signos y lenguaje.
En un acto comunicativo, identificamos dos roles clave: el emisor, quien transmite el mensaje, y el receptor, quien lo recibe y lo interpreta. El mensaje en sí mismo es la información que se transmite, compuesta por palabras u otros signos. Existen dos tipos de actos comunicativos mencionados en el texto: unilaterales y bilaterales. En los unilaterales, el emisor comunica, pero el receptor no replica ni responde activamente, mientras que los bilaterales implican una interacción entre ambos.
El código en la comunicación es el conjunto de signos y reglas que utilizamos para comunicarnos. Es esencial que los interlocutores conozcan el mismo código o lengua para comprenderse. Los dos tipos principales de códigos son los verbales, como los idiomas, y los no verbales, como las señales de tráfico o los emoticonos. El canal es el medio a través del cual se transmite el mensaje, que puede ser oral, escrito, visual, auditivo, entre otros. La elección del canal depende del código utilizado y del sentido empleado para captar el mensaje.
El contexto en la comunicación es fundamental, ya que condiciona la interpretación del mensaje. Determina lo que debemos entender en cada mensaje y nos ayuda a interpretar el significado de las palabras o expresiones de manera adecuada.Un ejemplo destacado es la expresión "esto parece un gallinero", que puede referirse a algo desordenado o caótico en un contexto específico. Las señales de tráfico son ejemplos de códigos no verbales, ya que transmiten información mediante símbolos visuales.
La importancia de compartir el mismo código, como un idioma o lengua, entre el emisor y el receptor radica en la efectividad de la comunicación. Sin un código común, la comunicación se dificulta o incluso se vuelve imposible.
El contexto también influye en la comprensión de expresiones metafóricas, ayudando a determinar si deben interpretarse de manera literal o figurativa. Además, en casos de polisemia, el contexto puede aclarar cuál de los múltiples significados de una palabra se utiliza. Un ejemplo adicional muestra cómo el contexto puede cambiar la interpretación de un mensaje en apariencia incoherente. Cuando alguien dice "Estoy ardiendo" en un contexto soleado, no se refiere a estar en llamas, sino a sentir mucho calor debido al contexto del sol.
En resumen, la comunicación humana es un proceso complejo que implica emisores, receptores, mensajes, códigos, canales y contexto. Comprender estos elementos es esencial para una comunicación efectiva y una interpretación precisa de los mensajes que intercambiamos en nuestra vida cotidiana
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