domingo, 6 de octubre de 2024

1. El método histórico: reconstruir el pasado para comprender el presente

 1. El método histórico: reconstruir el pasado para comprender el presente





La historia es la ciencia que investiga cómo vivían las personas en otras épocas y cuáles son los hechos más destacados del pasado.


> Sin fuentes históricas no hay historia


La investigación histórica se sustenta en las fuentes de la historia, que son los restos y testimonios que dejaron nuestros antepasados.


Las fuentes primarias las elaboraron personas que participaron u observaron directamente los hechos. Son fuentes primarias, por ejemplo, la correspondencia, las memorias o los diarios.


Las fuentes secundarias son posteriores a los hechos de los que informan y suelen ser obra de historiadores, como una enciclopedia.


Tanto si las fuentes son primarias como si son secundarias, estas pueden clasificarse según su naturaleza..


FUENTES ORALES


Informaciones del pasado narradas o contadas: discursos...


FUENTES ICONOGRÁFICAS Imágenes que guardamos del pasado mapas,


fotografias...


FUENTES ESCRITAS


Textos que se conservan del pasado censos y registros, diarios, prensa.....


Según su naturaleza


FUENTES MATERIALES


Construcciones y objetos del pasado monedas, esculturas....


> ¿Cómo garantizamos la autenticidad y veracidad de las fuentes?


El valor de una fuente histórica depende de su autenticidad y su veracidad. La autenticidad garantiza que un documento histórico no sea falso, es decir, que corresponda a la época analizada y a su autor o autora. Para comprobarlo hay diversos métodos, como comparar documentos de la misma época. o buscar anacronismos en el lenguaje. En esta labor resultan de gran ayuda las ciencias auxiliares de la historia, que aportan información

complementaria. Por ejemplo


La arqueología analiza los restos materiales del pasado hallados en los yacimientos arqueológicos.


La genealogía identifica los ascendientes y descendientes de una persona.


La paleografía descifra escritos antiguos.


Aun siendo auténtico, un documento histórico puede mostrar la realidad de forma veraz o distorsionada, ya sea voluntaria o involuntariamente. Muchas veces, la veracidad de las fuentes está relacionada con la credibilidad de su autor o autora.

 

Cómo medimos el tiempo histórico


Fechamos los hechos y objetos para establecer un relato ordenado del pasado. Por eso, aunque el tiempo no tiene interrupciones, lo dividimos en unidades.


Las fechas también nos permiten agrupar todos los objetos, hechos y aspectos que son simultáneos, es decir, que corresponden a la misma época, y establecer su sucesión u orden en el tiempo.


> El tiempo antes y después de Cristo


Cada civilización establece su manera de medir el tiempo, pero en gran parte del mundo se emplea la era cristiana. Esta, para numerar los años, toma como referencia el nacimiento de Jesucristo, que situamos en el año 1.


Los hechos anteriores al año 1 decimos que pasaron antes de Cristo y utilizamos la abreviatura a. C. para indicarlo.


Las fechas a. C. se ordenan al revés, como si contaras los años que faltan para el nacimiento de Jesús. Así, el 27 a. C. ocurrió antes que el 26 a. C.


Los hechos posteriores al año 1 decimos que tuvieron lugar después de Cristo y lo señalamos con la abreviatura d. C. Se pasa directamente del 1 a. C. al 1 d. C.


> La periodización que hacemos del pasado


Los especialistas en la historia dividen el pasado en periodos para estudiar mejor la evolución de los seres humanos.


Los historiadores han establecido cinco etapas o edades: Prehistoria, Edad Antigua, Edad Media, Edad Moderna y Edad Contemporánea.


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