Hoy estamos de estreno. Empezamos una nueva serie de vídeos. Este día se va en ella.
Te voy a hablar, bueno, básicamente, hablaremos de dónde vienen las palabras del español, p
orque las palabras también son como los seres vivos, surgen, se expanden, pueden generar
nuevas palabras a partir de ellas y, finalmente, si caen en desuso, desaparecen.
Porque estamos generando palabras nuevas constantemente, todos constantemente.
A estas palabras nuevas se las llama técnicamente neologismos.
Fueron neologismos en un principio, palabras como "postureo" o "postular",
novedosas hasta que una amplia comunidad de hablantes las hizo propias,
obligando a la RAE a incorporar una de ellas en el diccionario.
Y también constituye un neologismo el uso de la palabra
"bicicletería" en este artículo del país, que está muy bien,
pero que no existe o no existía, porque la RAE la incluyó hace unos años.
Aunque, ojo, precisa que solamente se emplea en algunos países del ámbito hispanoamericano.
Por cierto, ya que estamos, yo uso "qué va a vería" que volvería para referirme
a los sitios en los que te preparan. ¿En qué va? Porque si no, como diría e
ntre diferencias, el que va, ¿qué es lo que te comes? Del que va, el lugar
en el que te lo preparan y te lo comes. Y yo ahí lo dejo que volvería por si queréis utilizarlo.
En cualquier caso, precisamente porque existen los neologismos,
precisamente porque vamos reponiendo o añadiendo las palabras d
e nuestro idioma, los diccionarios están obligados a renovarse.
Estad ya hay que reconvertirse, señores. Por ejemplo, el DRAE,
el diccionario de la Real Academia de la Lengua, que se actualizó
por última vez en diciembre de 2017, incorporó en esta última
actualización cinco mil voces nuevas. Voces como "drone",
"hacker", "mileurista" y mi favorita, "amigovio" o "amigovia".
Lo que demuestra fundamentalmente dos cosas: que en el
diccionario no aparecen todas las palabras de una lengua.
Ahora mismo se están cocinando, se estarán creando, se
estarán hablando ya, incluso las palabras que se introducirán en
los diccionarios del mañana. Y segundo, que las palabras no las crea el diccionario,
las palabras las creamos tú y yo, las crea la comunidad entera de hablantes
a la que pertenecen las palabras.
Pero la pregunta clave entonces es: ¿cómo crean palabras nuevas los
hablantes de una lengua? A ese respecto, todos los idiomas del mundo, todos,
poseen un conjunto de procedimientos útiles para generar nuevo vocabulario,
¿qué son estos, que ves aquí a mi lado y que te voy a ir explicando poco a poco?
Ahora bien, en el caso del español, ¿quién fue la primera persona romana que se puso
a diseñar palabras en castellano y se inventó las primeras? Porque recuerda que antes de
nuestra lengua en la península ibérica lo que se hablaba era en latín, y no es que se
dejara de hablar precisamente de la noche a la mañana. Así que lo
primero que tienes que conocer sobre el origen de las palabras de nuestro i
dioma es que le damos un mogollón, pero hay un puñado, vaya, de la lengua
latina nos dejaron un buen lote con el que comenzar. De hecho, se suele admitir
que el 60% de las voces de nuestro léxico son palabras heredadas del latín,
y otro 30% son palabras creadas ya en época del castellano a partir de la base de estas.
Lo que viene a ser casi un 90%, que es una proporción nada desdeñable.
Pero es que, además, estas son las palabras que más usamos, aproximadamente,
representan el 80% de las que empleamos cotidianamente. Por tanto, el 80% de
las que empleamos tiene una base latina.
Ahora bien, si tenemos tantas palabras del latín, ¿qué nos diferencia de esta lengua?
Porque no somos el latín. Bueno, lo primero que debes tener presente es que lo que hablas es latín.
Si aquí lo que pasa es que claro, es un latín que ha cambiado un poco, bastante,
desde que se empezó a hablar esta lengua en latín en la península ibérica,
allá por el siglo tercero antes de Cristo. Se ha hablado de forma
ininterrumpida hasta el día de hoy, transmitiendo sus palabras de generación
en generación hasta nuestros días. Lo que ha pasado durante todo este tiempo es que,
por un lado, ha habido inestabilidad política, pero sobre todo, por otra parte,
la carencia de una educación lingüísticamente homogeneizadora
que impedía el establecimiento de una norma fuerte, cosa que hoy
garantiza no solo la educación, sino también instituciones como la RAE.
Esto provocó que generación tras generación, éstas fuesen introduciendo cambios,
fundaciones en su forma de hablar, sutiles, imperceptibles de una a otra, de padres a hijos, p
ero mutaciones al fin y al cabo, que han terminado provocando que
hoy nos cueste ver nuestra lengua común y continúen como una línea continua ininterrumpida desde el latín.
Ya en otro vídeo del canal, traté de explicarte esto de estos cambios,
estas mutaciones que han experimentado las palabras desde el latín.
Ahora te lo pongo, pasa que es más complejo de lo que parecen.
Y esta es también la razón por la que podemos explicar que la palabra latina
"famélico" en esa lengua en latín se acaba "hambriento". Américo, la palabra
"famélico" de hecho, la hemos tomado directamente de ese vocablo en latín.
Esa es la razón por la que esa palabra, digo, ha evolucionado a lo largo de los siglos,
lentamente, pero de forma imparable, y se ha convertido en "hambre".
Es cierto que ahora mismo no posees esos conocimientos, así que por esa parte, l
ógicamente, no te preocupes. Basta con que sepas que hemos heredado un enorme
conjunto de palabras latinas porque latín es, francamente, lo que seguimos
hablando a día de hoy.
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